lunes, 15 de noviembre de 2010

Hay que tener valor

El célebre estadista británico Winston Churchill expresó: “El coraje es la primera de las cualidades humanas porque garantiza todas las otras”.

Para lograr lo que se desea, tener éxito y ser feliz se requiere tener valor, coraje, para enfrentarse al cambio, para enfrentarse a lo desconocido, para aceptar el reto y los desafíos que encontraremos durante toda la jornada de la vida, así como para asumir la responsabilidad de nuestro propio destino.

Hay que tener valor para soñar, para imaginar y para representarnos en la mente lo que se quiere ser, lo que se quiere lograr, lo que se quiere tener. Hay que tener valor para ser lo mejor de lo que podemos ser.

Publio Ovidio Nasón, poeta latino a comienzo del siglo I, expresó: “El coraje lo conquista todo y aún da fortaleza al cuerpo”. Ralph Waldo Emerson, filósofo estadounidense, en el siglo XIX, expresó: “La mitad de la sabiduría de un hombre va con su coraje”. Andrew Jackson, séptimo presidente de EE.UU., más o menos en la misma época, expresó: “Un hombre con coraje hace mayoría”. Es evidente que el coraje influye en forma determinante en nuestras vidas.

Hay que tener coraje para querer estar en lugares, posiciones y situaciones donde nunca hemos estado antes, para probar cuáles son los verdaderos límites de nuestras reales posibilidades así como para romper o eliminar las barreras que a veces se presentan o encontramos que limitan nuestro progreso, desarrollo y autorrealización personal.

Hay que tener coraje para soñar y dar rienda suelta a nuestra imaginación así como paraconvertir nuestros sueños en realidad. En artículos anteriores he mencionado que cada uno de nosotros tiene un potencial ilimitado para alcanzar el éxito y la felicidad y que nuestra actitud mental es determinante para lograr lo que nos proponemos. Walt Disney lo expresó muy claramente cuando dijo: “Todos nuestros sueños se pueden convertir en realidad si tenemos el coraje de querer lograrlos”.

Muchas veces, por alguna influencia externa que hemos recibido en algún momento en nuestra vida podemos pensar que el querer algo es una cierta forma de egoísmo, que no es bueno, que es una pérdida de tiempo o que no vale la pena intentar. Si esto sucede poco a poco se pierde la capacidad de imaginar, la capacidad de soñar.
Por supuesto que todos sabemos que sólo soñar no es suficiente. Porque de lo contrario tendríamos que estar de acuerdo con el poeta dramaturgo español, Pedro Calderón de la Barca, cuando en su obra La vida es sueño, al final del célebre monólogo, Segismundo dice: “Los sueños, sueños son”.

Hay que materializar los sueños en realidad mediante la acción. Hay que trabajar para convertir esos sueños en realidad. Se necesita trabajo, persistencia, perseverancia, determinación, voluntad, confianza en sí mismo para alcanzar lo que nos proponemos. Hay que tener valor para trabajar con pasión para lograr lo que queremos lograr.

Hay que tener valor, coraje, para autoanalizarnos y conocer nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades así como para analizar la situación actual con relación a nuestros sueños y a lo que queremos ser, lograr, hacer y tener. En esta jornada hacia un futuro de éxito y felicidad es importante saber hacia dónde vamos y qué es lo queremos así como también es muy importante saber el lugar y situación actual, nuestro punto de partida en este momento.

Una de las leyes básica de la física es que un cuerpo en reposo tiende a estar en reposo así como un cuerpo en movimiento tiende a estar en movimiento. Toma mucha más energía el arrancar un automóvil, una máquina, un avión que mantenerlos cuando ya están en movimiento. Se necesita más energía para cambiar de dirección que para seguir en la misma dirección. Esta ley también se aplica a nuestra actividad personal.

Si queremos esperar para encontrar la oportunidad ideal, perfecta o más clara o en la que no haya duda o cuando se conozca toda la información posible, de seguro que seguiremos esperando, esperando y esperando y probablemente nunca llegará. Cuanto más tiempo se espere, más energía se requerirá para romper la inercia del reposo. Hay que tener valor, coraje, para empezar o para cambiar. ¡Ahora es el momento!

Hay que tener coraje para tomar riesgos. En cualquier cambio de situación hay un riesgo implícito. Tratar de lograr algo bueno, algo mejor, implica un riesgo, pero no tomarlo significa seguir en la misma situación y si se continúa haciendo lo mismo no habrá ninguna posibilidad de cambio, ni de mejora, ni de convertir los sueños en realidad. El Dr. Maxwell Maltz, autor de Psico-Cibernética, expresa: “Debemos tener el coraje de apostar a nuestras ideas, tomar riesgos calculados y actuar”.

Para tener coraje, valor, es necesario tener confianza en sí mismo y tener claramente definidos los valores personales que nos guiarán a tomar decisiones y llevar a cabo las acciones día a día. Con valores bien definidos podremos tomar decisiones importantes, especialmente cuando se presenten situaciones difíciles en alguna encrucijada en el camino hacia el éxito.

Debemos desarrollar el coraje necesario para tomar las decisiones que nos permitan utilizar el potencial que tenemos al máximo, convertir nuestros sueños en realidad, tener éxito y ser felices.

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