jueves, 15 de septiembre de 2011

Hay que dominar el miedo para tener éxito

Cuando se habla sobre el miedo, casi todos coinciden, que es el principal enemigo para que una persona sea feliz y alcance el éxito. Con justa razón, el escritor e historiador escocés Thomas Carlyle, en el Siglo XIX, expresó que “el primer deber de toda persona es dominar el miedo”.

Sin temor a equivocarme, podría decir que todos, en algún momento de nuestras vidas hemos tenido algo de miedo ante una situación desconocida.

El miedo es un sentimiento de inquietud causado por un peligro real o imaginario; es una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario o el recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.
El miedo no es dañino de por sí porque es una reacción que tienen los seres humanos y los animales ante un peligro. El problema es cuando ese miedo se convierte en algo irracional que puede, a veces, causar desequilibrios e impedir el desarrollo personal.

Hay toda clases de miedos, como el miedo al cambio, miedo a equivocarse, miedo a la derrota, miedo a perder el trabajo, miedo a la pobreza, miedo a la crítica o al qué dirán, miedo al rechazo, miedo a una mala salud, miedo a dejar de ser amado, miedo a la soledad, miedo a la vejez, miedo a viajar en avión, miedo a la muerte, miedo al futuro, miedo al riesgo, miedo al éxito, miedo a la felicidad, etc.

El miedo puede ser muy destructivo y puede hacer muy difícil nuestras relaciones personales. El miedo puede paralizar el razonamiento e impedir que la motivación tenga sus efectos beneficiosos para lograr el desarrollo personal. Cuando una persona tiene miedo es muy probable que el pesimismo sea lo que predomine impidiendo observar la realidad de la situación. Una persona con miedo es incapaz de resolver los problemas que se le presenten. El miedo poco a poco destruye la autoestima, socava el entusiasmo e imposibilita la capacidad creadora.

El miedo es enemigo del éxito y de la felicidad. Puede hacernos desconfiados, egoístas, inseguros e inclusive puede hacer que nos sintamos débiles y sin voluntad.
Franklin Delano Roosevelt, la única persona que ha sido elegida cuatro veces a la presidencia de Estados Unidos, en su primer discurso inaugural, como Presidente en 1932, expresó: “Tengo la firme creencia que la única cosa a la que debemos tener miedo, es al miedo mismo”.

Para poder lograr lo que nos proponemos en la vida debemos dominar al miedo. Es prácticamente normal tener una reacción de cierto temor o miedo ante un peligro o ante una situación inesperada o desconocida. La tensión nerviosa que se tiene antes de dar un examen, al ir a una entrevista de trabajo o antes de hablar en público, por ejemplo, es una reacción normal ante algo que es importante para nosotros. Lo que sí es vital es que hay que dominar esa reacción lo antes posible. Hay que enfrentarse al miedo con calma, determinación, absoluta confianza, valor, firmeza y decisión.

El gran filósofo estadounidense Ralph Waldo Emerson expresó: “Haga las cosas sobre las cuales tienen miedo y la muerte del miedo es segura”.

Con actitud mental positiva, confianza en sí mismo, optimismo, voluntad y coraje se pueden vencer los temores que se puedan tener. Enfréntese sin titubear a sus temores en cuanto se presenten y estos desaparecerán. Al vencer el miedo estaremos en condiciones de convertir en realidad nuestros propósitos y lograremos el autodesarrollo personal para alcanzar el éxito y la felicidad.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Importancia de la Amistad

La amistad, como nos consta a todos, es una de las relaciones interpersonales más comunes e importantes que tenemos. ¿Qué es la amistad? De una manera general se puede definir como el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

El célebre filósofo griego Aristóteles, en su gran obra Ética a Nicómaco, considera a la amistad y camaradería como grandes virtudes porque ambas generan bondad. La amistad es la virtud que nos lleva a una relación sólida, desinteresada y recíproca con otra persona, que no se acaba ni con el tiempo ni la distancia. Una de las grandes virtudes de la amistad es el enriquecimiento mutuo y que ayuda al crecimiento y desarrollo personal.

Por otro lado, hay estudios recientes efectuados en varias universidades de EE.UU., Japón y Europa que coinciden en que las relaciones de amistad y camaradería son buenas para la salud, así como una de las peores cosas que le puede pasar a una persona es el aislamiento o el retraimiento. En dicho estudio se indica, entre otras cosas, lo siguiente: que los amigos contribuyen al fortalecimiento de la identidad y protección de nuestra salud y futuro. Que la amistad prolonga la vida. Que las personas que no tienen óptimas relaciones de amistad, generalmente no gozan de buena salud y que la amistad constituye una excelente fuente de alegría, fuerza, salud y bienestar.

La amistad se da en distintas etapas de la vida (niñez, adolescencia, juventud, en la universidad, en el trabajo, en el deporte o al practicar una actividad o afición común o al vivir cerca en la misma área o vivir la vida misma) y en diferentes grados de importancia y trascendencia. Hay amistades que nacen casi instantáneamente y otras que tardan años en consolidarse. Hay amistades que duran poco tiempo y otras que duran toda la vida.

Para los que hemos terminado nuestra instrucción secundaria en el Colegio Militar Leoncio Prado, sin lugar a dudas en esos tres años de compartir experiencias comunes se establecen relaciones de amistad y camaradería que duran toda la vida. Esto se puede apreciar con gran emotividad cuando las promociones de alumnos acuden al Día del Reencuentro y pese a los años transcurridos, que pueden ser 5, 10, 15, 20, 25, 50 o más, la alegría de reencontrarse con un amigo es enriquecedora e inmediatamente se restablece el lazo que podría haber estado suelto debido a la distancia o al tiempo. Sucede igual en las reuniones o encuentros de promociones escolares de todos los centros educativos.

En toda verdadera amistad se encuentra la confianza, lealtad, fidelidad, comprensión, el interés mutuo, generosidad, honestidad, respeto; de ahí que la amistad enriquece al ser humano al vivir y practicar valores fundamentales de la vida misma.

Entre amigos de verdad nos podemos comunicar nuestros pensamientos y sentimientos, compartir nuestras alegrías y tristezas y en momentos difíciles podemos recibir una ayuda o un consejo valioso para solucionar algunos de nuestros problemas. Mejor aún podemos compartir nuestra felicidad y desarrollo personal mutuo.

La amistad es muy importante para nuestro desarrollo integral como seres humanos; es un verdadero valor que debemos cuidar y fomentar.

Para terminar deseo compartir un pensamiento de Albert Camus, filósofo y escritor francés, Premio Nobel de Literatura 1957, que dice: “No camines en frente de mí, porque quizás no te pueda seguir. No camines detrás de mí, porque quizás no te puede guiar. Camina a mi lado y sé mi amigo”.