jueves, 30 de mayo de 2013

El líder tóxico

La expresión líder tóxico se empezó a usar en los estudios de comportamiento organizacional y liderazgo a partir de 1996, año en que se publicó el libro Toxic Leadership: When Organizations Go Bad (Liderazgo tóxico: Cuando las organizaciones van mal), de la Dra. Marcia Lynn Whicker.

A partir de ese momento se han realizado una serie de estudios sobre el liderazgo tóxico y sus efectos en las organizaciones y en el personal. Inclusive hay varios estudios de investigación realizados en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos de América sobre este tema.

En el 2005, la Dra. Jean Limpan-Blumen, Ph.D. de la Universidad de Harvard, profesora de comportamiento organizacional, que en el 2010 recibió el Premio de la Asociación de Liderazgo Internacional por sus logros durante su carrera profesional en el desarrollo del campo del liderazgo escribió el artículo "Toxic Leadership: When Grand Illusions Masquerade as Noble Visions", (su traducción al castellano sería: “Liderazgo tóxico: Cuando grandes ilusiones se disfrazan de grandes ilusiones”) y en el 2006 el libro Allure of Toxic Leaders (El encanto de los líderes tóxicos).

¿Cuál es la definición de líder tóxico? Según la Dra. Whicker es aquel líder mal adaptado, descontento, a menudo malévolo y aún malicioso, que tiene éxito trayendo abajo a otros, son controladores y no alientan a sus seguidores a surgir. Los líderes tóxicos son dañinos para la organización al no promover el desarrollo dentro de la organización.

Según la Dra. Limpan-Blumen los líderes tóxicos trabajan para sus fines personales, tienen comportamientos destructivos y características personales disfuncionales de consecuencias devastadoras en las personas, familias, organizaciones, comunidades y aún a la sociedad en general.

Generalmente los líderes tóxicos humillan públicamente a los empleados. En concreto se puede afirmar que los líderes tóxicos dañan a las organizaciones. Son aquellos que alimentan las necesidades e ilusiones de las personas para engrandecer su propio poder. Juegan con las necesidades y temores de las personas bajo su control. Debilitan la autonomía y capacidad de sus seguidores al ejercer total control sobre ellos haciéndoles dependientes de él. El líder tóxico no admite la crítica constructiva, se aferra al poder y evita el desarrollo de nuevos dirigentes. Son los que tratan de obtener éxito destruyendo a otros.

Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia emocional expresa: “Los líderes emocionalmente inteligentes inspiran, motivan y comprometen productivamente a su personal: crean resonancia. Los líderes ‘tóxicos’, en cambio, generan disonancia, envenenan y empobrecen el ambiente laboral”.

Iñaqui Piñuel, psicólogo y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, en su libro Jefes tóxicos y sus víctimas, expresa: “Los jefes tóxicos son aquellos que utilizan el poder para fines personales, que no producen eficacia ni ventajas y, por el contrario, causan a su alrededor una inmensa destrucción… Las víctimas son los trabajadores porque el miedo a engrosar las listas de despedidos justifica la sumisión”.

Tanto en la política como en las corporaciones (civiles o militares) existen los líderes tóxicos y sus comportamientos son explicados en numerosos libros. La gran interrogante existente es por qué las personas que trabajan bajo el mando de esos líderes tóxicos que son destructivos para sus organizaciones, sus empleados y al país permanecen fieles a ellos. Según la Dra. Lipman-Blumen “los líderes tóxicos encantan, manipulan, maltratan, debilitan y finalmente devastan a sus seguidores”.

Barbara Kellerman Ph.D., profesora de liderazgo en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, autora de varios libros acerca del liderazgo, en su libro Bad Leadership: What It is, How it Happens, Why It Matters (2004) (Mal liderazgo: ¿Qué es?, ¿Cómo sucede?, ¿Por qué es importante?) indica algunas de las características comunes de los líderes tóxicos como: arrogancia, autoritarismo, son autócratas, rígidos, temperamentales, irritables, agresivos, corruptos, insensibles, con actitudes discriminatorias, inflexibilidad, falta de confianza en sí mismos, causantes de la división en lugar de la armonía en los lugares de trabajo, usan la táctica de dividir a los empleados y limitan su iniciativa.

En resumen, el liderazgo tóxico es cuando los líderes crean un ambiente hostil y un ambiente de trabajo no saludable para el personal bajo su dirección. El líder tóxico no permite el flujo libre de ideas, se promueve a sí mismo en perjuicio de sus empleados, es sumamente crítico de su personal, disminuye la confianza de sus empleados y principalmente abusa de su poder.

Los líderes tóxicos son negativos, son un verdadero veneno para las organizaciones y, al final, las destruyen; al ser como un veneno deben ser identificados y erradicados lo antes posible para mantener saludable a la organización.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Cómo prepararse para ser líder

Si usted desea ser un líder debe empezar a pensar, actuar y comunicar como líder antes de que sea nombrado jefe de un grupo, sección, departamento u organización. Cualquiera que sea la posición en la que esté actualmente, siempre hay varias maneras de demostrar el potencial que tiene de ser líder ya que usted se ha estado preparando y se continúa preparando para serlo.

Carlos Cuadros Orofino comentó, en mi artículo Pautas para ser líder, “para ser un buen líder hay que ser un buen seguidor”. Esto significa que hay que seguir al líder actual y apoyarlo decididamente para que tenga éxito en su gestión. Al hacerlo, su potencial se reforzará, se hará notar por su contribución y aumentará la posibilidad para ser en un futuro más o menos cercano un líder reconocido en esa organización.

Lo que hay que tener en cuenta es que como usted tiene potencial de líder debe aprovechar cualquier oportunidad que se presente para demostrar sus cualidades como líder, no importa en la posición en que esté o el título actual que tenga.

La clave de la preparación está en que usted debe actuar en forma sobresaliente en su posición actual. La excelencia debe ser parte de su comportamiento y de los resultados que obtenga de manera que todos, compañeros de trabajo, los que están en un nivel superior o los que le reportan a usted, aprecien y reconozcan su calidad y excelencia profesional. Los expertos expresan que este es el primer paso para sobresalir.

Aproveche las oportunidades de liderazgo por pequeñas que puedan parecer. Puede ser como jefe o guía de un equipo, para realizar un evento, coordinar reuniones, servir de mediador, presentar iniciativas, ser voluntario para actividades relacionadas o no con sus funciones. Es decir, aproveche todas las oportunidades que se presenten. Inclusive con actividades fuera de la oficina, en su club o asociación. Estas actividades enviarán señales de que usted realmente tiene potencial de líder.

Su deseo de demostrar su potencial debe ser de manera sutil y no debe tratar de ejercer autoridad que usted no tiene. La modestia y humildad son importantes. Enfóquese en lo que el equipo debe cumplir y no en sobresalir.

Es importante buscar modelos para que le sirvan de ejemplo. Estúdielos y tome siempre lo positivo.

Durante esta etapa y durante toda su carrera profesional es importante establecer sólidas relaciones interpersonales. Cualquier interacción con personas es importante por ningún motivo tome a la ligera por informal que parezca. Toda situación es una oportunidad para demostrar su calidad como persona y lo que usted puede aportar a la organización.

Los líderes informales emergen, en la mayoría de los casos, porque las otras personas tienen gran respeto por ellos. El respeto se gana obteniendo excelencia en las acciones y con inteligencia emocional desarrollada.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Pautas para ser un buen líder

El líder es la persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe, guía u orientador. El líder tiene la facultad de influir en otros; mediante su conducta o sus palabras logran incentivar y motivar a otros para lograr un objetivo común. Hay líderes formales que son nombrados por una organización y líderes informales que emergen del propio grupo.

El liderazgo es la capacidad de influir positivamente en otra persona para lograr un fin valioso, común y humano. Es la capacidad que tenemos de poder dirigir o guiar a otras personas para lograr las metas establecidas.

¿El líder nace o se hace? El Líder se hace y el único requisito para llegar a ser un buen líder es la voluntad de serlo. El líder se forma mediante el estudio y la práctica y la capacidad de liderazgo se desarrolla durante todas las etapas de la vida. Uno puede llegar a ser un buen líder si se propone a serlo.

En las diferentes etapas de nuestra vida, sea en el colegio, universidad, centro de trabajo, en las actividades sociales, recreativas, deportivas y en la familia misma, en nuestro hogar, tenemos la oportunidad y responsabilidad de ser auténticos líderes; por lo tanto, considero que debemos tener en cuenta esta posibilidad para prepararnos en la forma más conveniente y adecuada.

A continuación indicaré algunas pautas generales que nos pueden ayudar a ser buenos líderes en el centro de trabajo, en la sociedad y como padres de familia. El liderazgo es uno de los más grandes retos que tenemos en la vida y la clave está en que debemos ser personas de calidad, auténticas.

Tenemos que aprender a ser audaces. Se necesita audacia para ir al frente, asumir responsabilidades, reconocer los problemas y solucionarlos así como tomar las decisiones correctas. Hay que se audaz para ser un ejemplo. Hay que liderar con el ejemplo.

Inspirar optimismo y energía en todos. Buscar siempre la excelencia en todas las acciones. Ser generador de autoconfianza.

Mirar siempre el panorama completo y no dejarse atrapar por las minucias.

Hay que desarrollar la capacidad de aceptar las realidades tal como son. Buscar siempre la manera más simple de convertir la visión en realidad. La simplicidad en la ejecución es muy importante.

Tenemos que aprender a ser fuertes, pero no rudos. La descortesía, tosquedad y grosería son negativas y convierten al líder en tóxico y, por lo tanto, dañino al equipo, grupo, organización.

Tenemos que aprender a ser amables pero no débiles. La amabilidad no es debilidad, por el contrario, es un cierto tipo de fortaleza. Debemos tener la amabilidad suficiente para decir a una persona la verdad y ser considerados con los sentimientos de otras personas.

Tenemos que aprender a ser humildes pero no tímidos. La humildad es una virtud, la timidez es temor, casi una enfermedad, es un problema.

Es bueno sentir orgullo pero sin ser arrogante. Hay que tener autoestima alta pero sin arrogancia.

Hay que cultivar el sentido del humor, ser jovial sin llegar a la extravagancia.

Hay que desarrollar la inteligencia emocional para reconocer, comprender y usar las emociones de manera más efectiva. La inteligencia emocional es tomar conciencia de nuestras acciones y sentimientos y de cómo estos afectan a las personas que nos rodean. También significa que valoramos a los demás, que somos capaces de escuchar a otros y de sentir empatía o identificarnos con ellos. Para ser un buen líder es importante tener inteligencia emocional bien desarrollada.

En la actualidad, con los constantes adelantos tecnológicos y globalización el líder de hoy debe estar preparado para liderar el cambio, desarrollar talentos, enfrentar retos cada vez más complejos y estar preparado para lograr el éxito cualesquiera que sean las condiciones presentes y futuras. Es por eso que debemos prepararnos constantemente para ser auténticos líderes en los niveles que nos toque actuar. Los líderes son esenciales en la vida.

Como el líder se hace y el liderazgo se aprende y se perfecciona dediquémonos conscientemente a desarrollar las cualidades que necesitamos para ser buenos líderes. El liderazgo es una actitud.

“Ninguna institución puede sobrevivir si necesita genios o superhombres para dirigirla. Debe ser organizada de tal manera que sea capaz de actuar bajo un liderazgo compuesto por seres humanos comunes”. Peter F. Drucker.