lunes, 17 de junio de 2013

Pautas para vivir, día a día, a plenitud

Las personas que logran vivir a plenitud cada día son aquellas que son felices y logran el éxito en lo que se proponen. Se dice que el saber vivir el día a día es un arte. Todos tenemos un pasado que no lo podemos cambiar y lo que nos deparará el mañana no lo podemos saber.

Absolutamente nada obtenemos reviviendo el pasado o recordando lo que hicimos o lo que dejamos de hacer; el pasado solo nos debe servir como enseñanzas que nos pueden y deben servir hoy y en el futuro. Con respecto al mañana no debemos preocuparnos o angustiarnos por lo que puede o no pasar o suceder. No tenemos ningún control sobre el pasado ni sobre el futuro.

Lo que sí tenemos de cierto y que está bajo nuestro total control es el hoy. Por eso, debemos vivir el hoy con intensidad, dando rienda suelta a nuestra imaginación, fijando metas precisas en cada una de las áreas de la vida y actuando usando al máximo el potencial que Dios nos ha dado.

Cada uno de nosotros es hecho a imagen y semejanza de Dios y por eso es que tenemos todo, dentro de nosotros mismos, para realizarnos plenamente viviendo día a día con alegría, disfrutando de las bellezas de este maravilloso mundo y convirtiéndonos hoy en una persona mejor de lo que fuimos ayer. Hoy podemos ser felices. Si nos proponemos ser felices hoy, con seguridad podemos ser felices cada día.

Hay varios autores a través de los años que han escrito y enfatizado la importancia de vivir el día a día para lograr la felicidad. El poeta hindú Kalidasa, en siglo I a.C., escribió el poema Salutación al Alba en el que expresa ideas muy bellas sobre lo importante que es el hoy para disfrutar, cada día, la vida.

John Ruskin, escritor inglés del siglo XIX, tenía en su escritorio una piedra que estaba grabada con una sola palabra, Hoy. El Dr. Frank Crane, estadounidense, escribió en 1919 unos ensayos de mucha profundidad, uno de los cuales tituló Solo por hoy y un trabajo titulado Everyday Wisdom (Sabiduría, todos los días). El Papa Juan XXIII escribió un Decálogo para la vida diaria con mensajes sencillos para vivir mejor día a día. Más recientemente, Tom Kopkins, excelente motivador, en su blog publicó Rules for a perfect day (Reglas para un día perfecto).

A continuación menciono algunas de esas ideas que nos pueden ayudar a vivir bien día a día con el fin de ser felices, lograr el éxito y autorrealizarnos permanentemente. Con seguridad que ya las sabemos o las hemos leído en algún momento, pero siempre es bueno recordarlas para reafirmarnos que sí es posible, hoy, ser felices y cumplir, hoy, lo que nos hemos propuesto.

Solo por hoy, seré feliz en la certeza que he sido creado para la felicidad, no solo en el otro mundo, sino en este mundo también.
Solo por hoy, trataré de vivir el día positivamente sin querer resolver todos los problemas de mi vida al mismo tiempo.
Solo por hoy, cuidaré mucho mi apariencia personal; no levantaré mi voz y seré cortés con todos; seré generoso en la alabanza y no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie sino a mí mismo.
Solo por hoy, me adaptaré a las circunstancias sin pretender que las circunstancias se adapten a todos mis deseos.
Solo por hoy, dedicaré unos minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que así como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
Solo por hoy, haré una buena acción y no lo diré a nadie.
Solo por hoy, haré por lo menos una cosa que no deseo hacer y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere.
Solo por hoy, haré un programa detallado para mí. Quizá no lo pueda cumplir cabalmente, pero lo redactaré y me evitaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
Solo por hoy, tendré solo pensamientos positivos y evitaré cualquier pensamiento negativo, de duda o indecisión.
Solo por hoy, no tendré miedo. De manera particular no tendré miedo de ser feliz, de disfrutar de lo que es bello y de creer en la bondad, de amar y de creer que a los que amo me aman.
Solo por hoy, tendré el coraje de hacer lo que es correcto y asumir la responsabilidad por mis propias acciones.
Solo por hoy, creeré firmemente – aunque las circunstancias demuestren lo contrario – que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el mundo.

Recordemos siempre que el momento más adecuado para empezar algo es hoy. Hoy es el día para actuar. Hoy es un nuevo día que Dios nos ha dado y que podemos hacer todo lo que queramos a nuestra voluntad. Podemos desperdiciarlo o hacer algo bueno para nosotros y para los demás. Lo que hagamos hoy es sumamente importante ya que este día, hoy, no se volverá a repetir. Cuando llegue mañana, hoy se habrá ido para siempre. No dejemos nada para mañana.

Con actitud mental positiva, fe, optimismo, esperanza, confianza, determinación, perseverancia y acción podemos hacer que cada día de nuestras vidas sea de realización, alegría y felicidad.

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