viernes, 25 de agosto de 2017

Lo que pensamos, sentimos y creemos se convierte en nuestra propia realidad.

Nuestros pensamientos tienen una influencia determinante en nuestra forma de ser y actuar. De ahí la gran importancia de tener solo pensamientos positivos. En cuanto lleguen a nuestra mente algún tipo de pensamiento negativo lo debemos eliminar inmediatamente. Esto debe ser una constante en nuestra vida diaria.

Buda expresó: “Somos lo que pensamos. Con nuestros pensamientos hacemos nuestro mundo”. Marco Aurelio, filósofo y emperador romano, en sus Meditaciones expresó: “nuestras vidas son la obra de nuestros pensamientos”.

Ralph Waldo Emerson, gran filósofo estadounidense expresó: “Una persona es lo que piensa que es”. El filósofo danés Søren Kierkegaard: “Nuestra vida siempre expresa el resultado de nuestros pensamientos dominantes”.

Lo que pensemos hoy determinará lo que seremos y haremos mañana. Muy pocas cosas en la vida poseen tanto poder como un pensamiento. Nosotros somos lo que son nuestros pensamientos.

La manera de cómo nos sentimos en nuestras actividades diarias influye en nuestra interacción con las demás personas en lo familiar, en el trabajo y en la sociedad. Debemos tener una sana apreciación de lo que somos, de nuestras habilidades y talentos para lograr lo que nos proponemos en todos los campos de nuestra vida.

Debemos desarrollar una buena autoestima para sentirnos seguros de nuestras acciones y decisiones. Una buena autoestima nos permite tener buenas y saludables relaciones personales. La autoestima afecta todas nuestras acciones con los demás. Una buena autoestima permite apreciar sus propias cualidades así como las de los demás. Nos permite tener resiliencia cuando enfrentemos algún obstáculo serio.

La autoestima, en sociología y psicología, refleja la evaluación emocional subjetiva de la persona acerca de su valor como persona; es el juicio que se hace sobre uno mismo.

Norman Vincent Peale lo expresa claramente: “¡Crea en usted mismo! ¡Tenga fe en sus habilidades! Sin una humilde pero razonable confianza en sus propias habilidades usted no podrá tener éxito o ser feliz.

Los valores en los que creemos serán el fundamento para fijar nuestras metas en los diferentes campos de la actividad humana. Nuestras creencias o convicciones nos ayudarán a identificar rápidamente lo que es bueno y correcto de lo que no lo es; así como lo que se puede o no hacer.

Eleanor Roosevelt expresó: “El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños”. Y Mary Kay Ash: “Si piensas que puedes, puedes. Si piensas que no puedes, estás en lo cierto”.

Adlin Sinclair: “Para progresar usted necesita creer en sí mismo… tener la convicción en lo que cree y la confianza en ejecutar lo que cree”.

Debemos ser conscientes que somos lo que somos y estamos donde estamos debido a nuestros pensamientos, a lo que sentimos sobre nosotros mismos y en lo que creemos. Es una actitud ante la vida que se convierte en nuestra propia realidad.