
El inicio de un nuevo año calendario es la ocasión precisa para hacernos un autoanálisis y preguntarnos ¿cuáles son realmente nuestros sueños y metas? No es, por si acaso, lo que ya hemos logrado o realizado sino qué es lo que queremos, en las diferentes áreas de la vida, de hoy en adelante. Seamos sinceros con nosotros mismos ¿nos hemos sentado a pensar sobre nuestros valores personales y sobre lo que realmente queremos lograr en el futuro? ¿Hemos dedicado a tiempo para reflexionar sobre nuestras vidas y hemos escuchado realmente a nuestros corazones para clarificar los sueños que tenemos dentro de nosotros mismos? Sus sueños, como los míos, están ahí. Todos tenemos sueños y aspiraciones de superación personal. Pueden estar muy accesibles o estar profundamente dentro de nosotros quizás porque alguien nos haya dicho que nuestros sueños no son realizables.
Mihaly Csikszentmihalyi, profesor de psicología de origen húngaro, en su obra Flow: The Psychology of Optimal Experience , expresa: “Para bien o para mal, nuestro futuro estará determinado en gran parte por nuestros sueños y por el esfuerzo de hacerlos real”.
La gran pregunta puede ser ¿cómo sabemos realmente cuáles son nuestros sueños? Los expertos dicen que es un proceso relacionado principalmente con el arte de escuchar. No de escuchar a otros, sino de escucharse a sí mismo. Si escuchamos lo que otros dicen podríamos estar trabajando en los sueños de las otras personas y no en los nuestros. El quid del asunto es escuchar a nuestros propios corazones.
Veamos algunas etapas prácticas para realmente escuchar a nuestros corazones con la finalidad de determinar con la mayor precisión posible cuáles son nuestros sueños.
Hay que tomarse el tiempo para estar tranquilo. Con las actividades diarias que tenemos, cuando el tiempo parece que vuela, la mayoría de las veces no dedicamos un tiempo de tranquilidad para reflexionar. Hagamos un esfuerzo para estar solos, para poder estar con nuestros pensamientos sin las interrupciones del teléfono celular, los emails o de personas. Sólo usted con sus pensamientos con papel y lápiz.
Piense en lo que realmente lo emociona y motiva. ¿Qué es lo que usted realmente quisiera hacer para vivir o como distracción? ¿Qué es lo quisiera lograr? ¿Qué trataría de hacer si tuviese la garantía de tener éxito? ¿Qué grandes pensamientos hacen que su corazón palpite con mayor fuerza? Cuando usted puede responder a estas preguntas sintiéndose bien es que puede precisar cuáles son realmente sus sueños.
Escriba todos los sueños que tenga. En este momento no haga ninguna evaluación o crítica de sus sueños. Recuerde, en esta etapa – muy importante – usted está soñando. Deje libre a su imaginación, piense en grande y no se limite usted mismo con alguna restricción.
El siguiente paso es establecer prioridad a sus sueños. ¿Cuál es el más importante? ¿Cuál es más fácil de realizar? ¿Cuál es el que más le gustaría lograr? Luego establezca el orden en que usted actuará para lograrlos. Es sólo mediante la acción que usted logrará alcanzar sus metas.
Acción. Atrévase a convertir sus sueños en realidad mediante la acción sostenida, con entusiasmo, confianza en usted mismo, perseverancia e indesmayable tenacidad para alcanzar las metas que usted mismo se ha fijado sin tener en cuenta las opiniones de otras personas y superando los obstáculos que se le presentarán en el camino. Aquellos que sueñan y se proponen convertirlos en realidad son los que alcanzan el éxito y la felicidad durante la jornada de la vida.
William James, psicólogo y filósofo estadounidense, expresa: “la acción puede no llevar a la felicidad, pero no es posible la felicidad sin acción”.
Con metas claramente definidas haga del Año 2012 el mejor año de su vida. ¡Sí se puede!
“¡Todo lo que vívidamente se imagine, desee con fervor, crea con sinceridad y actúe con entusiasmo, inevitablemente sucederá!” – Paul J. Meyer.