Con cierta seguridad podemos afirmar que toda persona, de alguna manera, desea tener éxito en la vida de acuerdo a la situación particular en la que se encuentre. Es posible que cada uno de nosotros conozcamos a personas que siempre o casi siempre tienen éxito en lo que se proponen y otras no. ¿Por qué es esto? La respuesta es motivación, o más precisamente automotivación.
La motivación es importante en todas las decisiones que debemos tomar. Todos sabemos que la motivación es fundamental para lograr algo de valor y de trascendencia en la vida, tanto en el campo personal como en el profesional. Sabemos, igualmente, que hay dos grandes clases de motivación, la externa y la interna, que es la automotivación.
La automotivación es la motivación que uno mismo se genera, que es propia y que no depende ni está sujeta a terceras personas.
Si usted desea tener satisfacción personal y éxito en cualquier etapa de la vida se requiere de la automotivación. Es la automotivación la que nos impulsa a lograr éxito en lo que hacemos.
Hay varios factores que contribuyen directamente a la automotivación. Esos factores son: la autoestima, el ferviente deseo de tener éxito, fuerza de voluntad, estabilidad mental, metas, buenas relaciones familiares, actividades diarias y entretenimiento. De una manera general se puede decir que todos estos factores afectarán directamente a que una persona tenga éxito o no lo tenga, ya sea en los estudios (en cualquier nivel), en la actividad profesional, en la práctica de deportes, en el matrimonio o como padre o madre de familia.
Junto con ese ferviente deseo de tener éxito y la confianza en sí mismo está la estabilidad mental. Todos tenemos días buenos y otros no tan buenos. ¿Qué es lo que nos impulsa a seguir en esos días no tan buenos? La respuesta es la estabilidad mental. Recordemos que la mente es muy poderosa y que todo se genera primero en la mente. La estabilidad mental y la fuerza de voluntad influirán para “que no tiremos la toalla” para seguir con persistencia y determinación hasta lograr el resultado que nos hemos propuesto. Marco Aurelio, filósofo y emperador romano, en sus Meditaciones expresó: “nuestras vidas son la obra de nuestros pensamientos”.
Otro de los factores que nos impulsa a tener automotivación es la unidad familiar. Es sumamente importante tener la comprensión y el apoyo de nuestro cónyuge así como comprender y apoyar a nuestro cónyuge para así ambos tener automotivación para lograr el éxito familiar y ser modelos ejemplares para los hijos.
Otro de los factores importantes es la fijación de metas. Con metas claras y precisas, sabiendo con exactitud lo que se quiere es más fácil tener la automotivación para hacer lo que se debe hacer pese a las circunstancias, problemas u opiniones de terceros.
Finalmente el realizar actividades diarias fuera del trabajo como la práctica de un deporte, así como disfrutar día a día de las maravillas de la naturaleza (puesta del sol, cantos de las aves, etc.) o escuchar música o tomar un café con un amigo o asistir a un evento familiar harán que nuestra automotivación se refuerce para realizar con optimismo, alegría, optimismo, pasión y esperanza las actividades para lograr el éxito y la felicidad.
miércoles, 31 de octubre de 2012
viernes, 5 de octubre de 2012
Afirmaciones – Algunos ejemplos
La AFIRMACIÓN es una de las grandes herramientas mentales que debemos usar para vivir con optimismo, fe y esperanza y para que nos ayude a lograr lo que queremos ser y vivir la vida a plenitud. El uso de afirmaciones es vital para el autodesarrollo y la autorrealización.
Una afirmación es una declaración positiva de lo que se cree es verdad y mediante la repetición espaciada se implantará en nuestro subconsciente y después influirá en nuestra actitud, en nuestra manera de pensar y nuestro comportamiento.
Lo que se dice es lo que se obtiene. Este sencillo pensamiento pone en evidencia la fuerza que tienen nuestros pensamientos e ideas. La repetición constante de una afirmación establece, lentamente, que una creencia es posible, que es un hecho, que es real. Cuando esta idea es real en nuestra mente, cuando creemos en ella, empieza a ser real en nuestra vida.
¿Cómo trabajan las afirmaciones? Las afirmaciones trabajan en base a los siguientes principios:
• Lo que se obtiene en la vida o lo que se es, está en directa relación con lo que se cree, es decir con nuestros pensamientos o nuestras creencias.
• Si cambiamos nuestros pensamientos, cambiamos nuestra realidad.
• Nuestros pensamientos se expresan a través de la palabra escrita o hablada.
• Son emocionales. Actúan directamente sobre el aspecto emocional.
Cualquier idea que una persona se repita a sí misma, ya sea falsa o verdadera, acabará por creer en ella y asimilarla. Ralph Waldo Emerson, gran filósofo estadounidense expresó: “Una persona es lo que piensa que es”.
Las afirmaciones trabajan tanto positiva como negativamente. Por ejemplo, si alguna persona se repite: “Yo siempre me olvido de las cosas”, no debe sorprender que efectivamente se olvide de las cosas. Si alguien se repite: “a mí las cosas no me salen bien”, no debe sorprender que efectivamente las cosas le salgan mal.
Es por eso que debemos usar solo afirmaciones positivas. Para sean efectivas se debe usar la primera persona del singular, el yo. Deben estar en el tiempo presente y deben ser positivas, concisas y específicas. Hay que escribir las afirmaciones en tarjetas para poder leerlas en cualquier momento. Es probable que al inicio habrá que luchar contra el consciente y contra el escepticismo. Es normal que existan dudas. Lo que sí es cierto es que las afirmaciones funcionan. ¡Sí funcionan! ¡Sí trabajan! La fuerza de las afirmaciones es real.
Uno de los más claros ejemplos del uso de las afirmaciones es cuando el boxeador Muhammad Ali (antes Cassius Clay) decía y repetía “Yo soy el mejor”. De tanto decir y repetir se llegó a convertir en el mejor y más grande pugilista y deportista del mundo y así fue reconocido en 1996 en la inauguración de las Olimpiadas de Atlanta, EE.UU.
A continuación se indican algunos ejemplos de afirmaciones para diferentes situaciones.
Para tener salud. Yo estoy bien. Yo estoy sano. Yo me siento bien.
Para superar problemas. Yo veo en cada problema una gran oportunidad. Yo soluciono los problemas que se me presentan.
Para fijar su propio destino. Yo soy responsable de mi futuro. Yo soy responsable de mi propio destino. Yo siempre elijo lo mejor para mí, mi familia, mi futuro. Yo elijo mis pensamientos y creo mi propio destino.
Para tener éxito. Yo soy una persona de éxito. Yo tengo la actitud, los conocimientos y las habilidades para tener éxito.
Para ser feliz. Yo soy feliz. Yo soy feliz con mi familia. Yo soy feliz en mi trabajo.
Para superar los temores. Yo puedo hacerlo. Yo tengo confianza en mí mismo. Sí puedo hacerlo.
Para actuar positivamente. Yo afirmo solamente lo mejor de mí y lo mejor de otras personas. Yo tengo pensamientos positivos. Yo tengo actitud positiva.
Para aceptar el cambio. Yo me adapto al cambio. Yo tengo facilidad para adaptarme al cambio. Yo tengo espíritu amplio. Yo siempre estoy dispuesto a aceptar nuevas ideas. Yo me renuevo constantemente para ser mejor y mejor.
Para usar el potencial. Yo tengo gran potencial. Yo uso mi potencial. Yo puedo lograr todo lo que deseo.
Estos son solo unos cuantos ejemplos de afirmaciones. Lo importante es que usted mismo escriba sus propias afirmaciones en función de lo que quiere ser, de lo que quiere tener, de lo que quiere hacer, de lo que quiere lograr. Deben tener un real significado para usted. Redáctelas en sus propias palabras. Escríbalas en una tarjeta y lea su afirmación por lo menos dos veces al día. Encuentre un momento y lugar apropiado para que pueda leerlas con tranquilidad. La repetición espaciada es básica para que su afirmación sea absorbida por su subconsciente. Léalas con convicción. Practique lo que lee.
Usando afirmaciones usted cambiará o reafirmará su actitud y pensará y actuará positivamente todo el tiempo con optimismo, confianza y esperanza. Mediante las afirmaciones usted podrá concentrarse mejor en sus propias metas y le ayudarán a tener la motivación necesaria para lograr el éxito y la felicidad.
Una afirmación es una declaración positiva de lo que se cree es verdad y mediante la repetición espaciada se implantará en nuestro subconsciente y después influirá en nuestra actitud, en nuestra manera de pensar y nuestro comportamiento.
Lo que se dice es lo que se obtiene. Este sencillo pensamiento pone en evidencia la fuerza que tienen nuestros pensamientos e ideas. La repetición constante de una afirmación establece, lentamente, que una creencia es posible, que es un hecho, que es real. Cuando esta idea es real en nuestra mente, cuando creemos en ella, empieza a ser real en nuestra vida.
¿Cómo trabajan las afirmaciones? Las afirmaciones trabajan en base a los siguientes principios:
• Lo que se obtiene en la vida o lo que se es, está en directa relación con lo que se cree, es decir con nuestros pensamientos o nuestras creencias.
• Si cambiamos nuestros pensamientos, cambiamos nuestra realidad.
• Nuestros pensamientos se expresan a través de la palabra escrita o hablada.
• Son emocionales. Actúan directamente sobre el aspecto emocional.
Cualquier idea que una persona se repita a sí misma, ya sea falsa o verdadera, acabará por creer en ella y asimilarla. Ralph Waldo Emerson, gran filósofo estadounidense expresó: “Una persona es lo que piensa que es”.
Las afirmaciones trabajan tanto positiva como negativamente. Por ejemplo, si alguna persona se repite: “Yo siempre me olvido de las cosas”, no debe sorprender que efectivamente se olvide de las cosas. Si alguien se repite: “a mí las cosas no me salen bien”, no debe sorprender que efectivamente las cosas le salgan mal.
Es por eso que debemos usar solo afirmaciones positivas. Para sean efectivas se debe usar la primera persona del singular, el yo. Deben estar en el tiempo presente y deben ser positivas, concisas y específicas. Hay que escribir las afirmaciones en tarjetas para poder leerlas en cualquier momento. Es probable que al inicio habrá que luchar contra el consciente y contra el escepticismo. Es normal que existan dudas. Lo que sí es cierto es que las afirmaciones funcionan. ¡Sí funcionan! ¡Sí trabajan! La fuerza de las afirmaciones es real.
Uno de los más claros ejemplos del uso de las afirmaciones es cuando el boxeador Muhammad Ali (antes Cassius Clay) decía y repetía “Yo soy el mejor”. De tanto decir y repetir se llegó a convertir en el mejor y más grande pugilista y deportista del mundo y así fue reconocido en 1996 en la inauguración de las Olimpiadas de Atlanta, EE.UU.
A continuación se indican algunos ejemplos de afirmaciones para diferentes situaciones.
Para tener salud. Yo estoy bien. Yo estoy sano. Yo me siento bien.
Para superar problemas. Yo veo en cada problema una gran oportunidad. Yo soluciono los problemas que se me presentan.
Para fijar su propio destino. Yo soy responsable de mi futuro. Yo soy responsable de mi propio destino. Yo siempre elijo lo mejor para mí, mi familia, mi futuro. Yo elijo mis pensamientos y creo mi propio destino.
Para tener éxito. Yo soy una persona de éxito. Yo tengo la actitud, los conocimientos y las habilidades para tener éxito.
Para ser feliz. Yo soy feliz. Yo soy feliz con mi familia. Yo soy feliz en mi trabajo.
Para superar los temores. Yo puedo hacerlo. Yo tengo confianza en mí mismo. Sí puedo hacerlo.
Para actuar positivamente. Yo afirmo solamente lo mejor de mí y lo mejor de otras personas. Yo tengo pensamientos positivos. Yo tengo actitud positiva.
Para aceptar el cambio. Yo me adapto al cambio. Yo tengo facilidad para adaptarme al cambio. Yo tengo espíritu amplio. Yo siempre estoy dispuesto a aceptar nuevas ideas. Yo me renuevo constantemente para ser mejor y mejor.
Para usar el potencial. Yo tengo gran potencial. Yo uso mi potencial. Yo puedo lograr todo lo que deseo.
Estos son solo unos cuantos ejemplos de afirmaciones. Lo importante es que usted mismo escriba sus propias afirmaciones en función de lo que quiere ser, de lo que quiere tener, de lo que quiere hacer, de lo que quiere lograr. Deben tener un real significado para usted. Redáctelas en sus propias palabras. Escríbalas en una tarjeta y lea su afirmación por lo menos dos veces al día. Encuentre un momento y lugar apropiado para que pueda leerlas con tranquilidad. La repetición espaciada es básica para que su afirmación sea absorbida por su subconsciente. Léalas con convicción. Practique lo que lee.
Usando afirmaciones usted cambiará o reafirmará su actitud y pensará y actuará positivamente todo el tiempo con optimismo, confianza y esperanza. Mediante las afirmaciones usted podrá concentrarse mejor en sus propias metas y le ayudarán a tener la motivación necesaria para lograr el éxito y la felicidad.
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