Numerosos estudios confirman que nuestros pensamientos tienen una influencia determinante en nuestra forma de ser y actuar.
Muy pocas cosas en la vida
poseen tanto poder como un pensamiento. Somos lo que son nuestros pensamientos.
Lo que pensemos hoy determinará lo que seremos y haremos mañana. Nos
convertimos en lo que pensamos.
Marco Aurelio, filósofo y
emperador romano, en sus Meditaciones expresó: “nuestras vidas son la obra de
nuestros pensamientos”. Siddartha Gautama, Buda, expresó: “Somos lo que pensamos.
Con nuestros pensamientos hacemos nuestro mundo”.
Ralph Waldo Emerson, gran
filósofo estadounidense expresó: “Una persona es lo que piensa que es” y el
filósofo danés Søren Kierkegaard: “Nuestra vida siempre expresa el resultado de
nuestros pensamientos dominantes”.
El filósofo británico James
Allen en su clásico libro Como un hombre piensa así es su vida, afirmaba que el carácter de una persona es la
suma total de sus pensamientos.
Nuestros pensamientos pueden
cambiar la manera en que nos comportamos, las decisiones que tomamos y los
sentimientos que experimentamos. Es decir que influyen en forma determinante en
nuestra manera de ser, más de lo que creemos.
Por eso es muy importante tener
solo pensamientos positivos. En cuanto lleguen a nuestra mente algún tipo de
pensamiento negativo lo debemos eliminar inmediatamente. Esto debe ser una
constante en nuestra vida diaria.
Los pensamientos positivos nos
ayudan en nuestras relaciones con los demás, en nuestra salud física y
emocional. Se ha comprobado que las personas que piensa positivamente viven
más, son más saludables y viven más felices.
Los adultos mayores que piensan
positivamente viven mejor, son más saludables física y mentalmente. No sufren
ni de ansiedad ni de estrés.
La verdad es que tener pensamientos
positivos es lo mejor que podemos hacer para nosotros mismos, así como para
nuestra salud física y mental. Especialmente si somos adultos mayores.
Peace Pilgrim (Mildred Lisette Norman), pacifista y líder spiritual expresó: “Si usted
se diera cuenta de lo poderosos que son sus pensamientos, nunca tendría un
pensamiento negativo”.
Nuestros pensamientos
influyen en nuestro comportamiento y emociones. Debemos ser conscientes que somos lo que somos y
estamos donde estamos debido a nuestros pensamientos, a lo que sentimos sobre
nosotros mismos y en lo que creemos. Es una actitud ante la vida que se
convierte en nuestra propia realidad.
Debemos tener siempre presente que la mente
influye en forma determinante en nuestras vidas. Por lo tanto, debemos tener
solo pensamientos positivos. Con pensamientos positivos viviremos en armonía
con la naturaleza y con los demás, viviremos más saludablemente y disfrutaremos
más de la vida.