Cada cuatro años todos tenemos la oportunidad de ver y apreciar competencias deportivas gracias a las Olimpiadas. Es sumamente reconfortante ver como atletas de prácticamente todos los países del mundo se reúnen para competir y nosotros podemos ver lo que pueden hacer dichos deportistas en su afán de destacar en sus respectivas pruebas.
Desde muy joven me ha interesado ver las Olimpiadas de verano, posiblemente porque me he sentido atraído particularmente por el atletismo. Me vienen a la memoria momentos en los que he participado en pruebas de velocidad representando a mi club de barrio, el Universal Chorrillos, al CMLP, EMCH y posteriormente en la Ecole Militaire de Saint-Cyr, en Francia.
Recién en los últimos años he tenido oportunidad de apreciar las Olimpiadas de invierno como la que acaba de realizarse en Sochi, Rusia. Considero, sin ningún ánimo de establecer comparaciones, que los atletas que participan en la mayoría de las competencias de los deportes de invierno requieren de una mayor preparación física, dedicación, perseverancia, fortaleza mental y anímica ya que las pruebas se realizan a mayor velocidad y el riesgo está inminente en casi todos los eventos.
Solo por mencionar un ejemplo, fascinante para mí, han sido los estadounidenses Meryl Davis y Charlie White que ganaron la medalla de oro en patinaje artístico sobre hielo en Sochi con una demostración de extraordinaria calidad. Hace cuatro años ganaron la medalla de plata en las Olimpiadas en Vancouver, Canadá. Meryl y Charlie son pareja de baile desde hace 17 años. Ellos empezaron a ser pareja de patinaje desde cuando tenían 10 años de edad. ¡Realmente algo extraordinario!
En nuestra búsqueda de qué es lo que debemos hacer para lograr éxito en las actividades que nos propongamos es apropiado analizar lo que han hecho los deportistas, hombres y mujeres, que participan en las Olimpiadas representando, con orgullo, a sus respectivos países para lograr mejorar sus propios rendimientos personales y, de ser posible, ganar una medalla de oro, plata o bronce como premio a sus esfuerzos.
Para poder sobresalir en lo que hacemos tenemos que tener una verdadera pasión y una gran dedicación.
La pasión se inicia mediante un gran deseo de lograr algo, un sueño que se quiere convertir en realidad. Hay que poder determinar con la mayor claridad posible lo que queremos lograr mediante metas y concentrarnos para poder focalizar nuestras acciones.
Todo se inicia en nuestra mente, con un sueño. Debemos soñar y seguir soñando. Hay increíbles posibilidades en la vida que debemos transformarlas en oportunidades para después convertirlas en realidad. Recordemos siempre que los límites los ponemos nosotros mismos. Poco a poco nosotros veremos con claridad qué es lo que queremos en las diferentes áreas de la vida. Es importante mantenernos focalizados en lo que queremos para concentrar nuestros esfuerzos y medios.
En cuanto a la dedicación, básicamente, podríamos afirmar que ésta está compuestas de un plan, el empezar y la perseverancia.
Una vez que hemos establecido nuestra meta o metas tenemos que fijar un plan. Este plan debe ser, también, lo más específico posible para lograr lo que nos hemos propuesto. Sin un plan determinado estaremos a la deriva o sujetos a las circunstancias externas. Recordemos que este plan debe estar por escrito.
El siguiente componente es empezar. Se debe tener el coraje de empezar. Esto puede parecer muy simple; es cierto así como es algo simple es también profundo. Hay muchas personas que tienen grandes sueños, a veces tienen planes pero nunca toman la decisión de empezar. Hay que empezar. Toda gran jornada se inicia con un primer paso. Hay que empezar.
El otro componente es la perseverancia. Es indudable que se encontrarán trabas, obstáculos y dificultades en nuestro recorrido. La pregunta no es si vamos o no encontrar dificultades sino cómo es que vamos a actuar positivamente para superar esa dificultad. Debemos perseverar tenazmente y proseguir hasta convertir nuestros sueños en realidad pese a los obstáculos o a las opiniones de otras personas.
En resumen, podríamos decir que para poder realizarnos y vivir con calidad nuestra vida, como los grandes deportistas de las Olimpiadas, debemos considerar que debemos:
1. Soñar grandes sueños
2. Establecer metas
3. Tener una verdadera pasión
4. Establecer un plan de acción
5. Concentrar esfuerzos
6. Empezar
7. Perseverar
Al transformar nuestros deseos en sueños y en metas, hasta convertirlas en una verdadera pasión, y haciendo todo lo que sea necesario con dedicación y perseverancia lograremos vivir una vida a plenitud buscando el éxito en todo lo que nos propongamos.
sábado, 1 de marzo de 2014
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