Todos, sin lugar a dudas, sabemos cuán importante es establecer metas en las diferentes áreas de la vida para vivir una vida a plenitud durante todo nuestro recorrido en este maravilloso mundo. Sin embargo, hay muchas personas que durante la mayor parte de sus vidas deambulan sin ningún rumbo y, lógicamente, están sujetas a los vaivenes de las circunstancias sin saber hacia dónde ir o qué lograr.
Así como es muy importante establecerse metas, es igualmente importante revisar, de tiempo en tiempo y en forma periódica, cuál es el avance que se va logrando en cada una de las metas que nos hemos establecido.
Como muchas veces nos sucede es que debido a que nos dedicamos y concentramos en lo que estamos haciendo dejamos de lado o vamos postergando efectuar la revisión para saber dónde nos encontramos con relación al plan que nosotros mismos nos hemos trazado para cumplir nuestras metas.
El efectuar periódicamente la revisión es muy importante ya que es el medio para saber si estamos efectuando las acciones correctas y adecuadas o si tenemos que hacer alguna modificación a nuestro plan inicial para lograr las metas que nos hemos propuesto en el plazo fijado. Nosotros mismos somos los únicos responsables de hacer esta revisión.
Como estamos terminando este año, considero que es el momento adecuado para hacer un alto a nuestras actividades diarias con la finalidad de hacer una revisión de lo que realmente hemos logrado durante este año calendario en función de nuestro plan de acción. La única manera de saber si estamos bien es haciendo esta revisión.
La revisión es un excelente medio para evaluar si lo que estamos haciendo está contribuyendo positivamente al logro de nuestras metas personales o si es necesario hacer algunos reajustes para convertir en realidad lo que nosotros mismos hemos establecido. Si no efectuamos esta revisión podemos seguir haciendo lo mismo – erróneamente – y, por supuesto, seguiremos obteniendo los mismos resultados erróneos que no nos conducen hacia el objetivo.
La revisión la debemos hacer durante todo el proceso y no solo al final de éste cuando ya no hay oportunidad de haber realizado las necesarias correcciones. Si no hacemos esta revisión periódica los resultados nos pueden sorprender. La revisión debe ser un proceso continuo desde el inicio, durante la realización y al final. Cuando hacemos una constante revisión vamos aprendiendo lo que debemos modificar para que nuestra expectativa de éxito sea mayor.
Cuando hacemos la revisión del avance de la realización de nuestras metas es conveniente tener en cuentas las siguientes pautas generales:
1. ¿Cómo estoy en relación a mi objetivo? ¿Lo estoy excediendo o estoy por debajo? ¿Estoy en el tiempo planeado o estoy retrasado?
2. ¿Qué es lo que me está ayudando en lograr mis metas? ¿Qué está funcionando bien? ¿Por qué está funcionando bien? ¿Qué puedo hacer para mejorar los resultados? ¿Hay algunas oportunidades que puedo aprovechar mejor?
3. ¿Qué es lo que no me está ayudando a lograr mis metas? ¿Qué es lo que no está trabajando? ¿Qué es lo que puedo hacer diferente? ¿Qué debo hacer para mejorar los resultados que estoy obteniendo?
4. ¿Qué es lo que puedo hacer para lograr un mejor resultado de mis acciones?
Durante el proceso de revisión si se encuentra que estamos haciendo lo correcto y estamos logrando lo que nos hemos propuesto es recomendable darnos, nosotros mismos, una recompensa para felicitarnos de nuestro logro parcial. Esto nos permitirá reforzar nuestra confianza en nosotros mismo y optimismo para seguir estableciéndonos metas una vez que hemos logrado las que nos fijamos previamente. La revisión es un proceso continuo.
Si no estamos logrando lo que nos hemos propuesto, la revisión nos permitirá evaluar la situación y encontrar las mejores formas de acción para continuar nuestros esfuerzos hacia la realización de nuestras metas. Debemos determinar con claridad y precisión el por qué no hemos podido lograr esa meta. Esto nos servirá de lección para hacer lo correcto y necesario la próxima vez.
La recompensa de realizar esta revisión en forma regular es que los resultados no nos sorprenderán. La satisfacción que sentimos al lograr una meta que nos hemos fijado es una reafirmación de que estamos haciendo las cosas bien y que somos capaces de fijarnos metas que representen un mayor reto para así hacer uso del extraordinario potencial que todos tenemos.
Lo que es muy importante durante toda esta jornada es disfrutar durante el proceso. La vida es muy corta. Nosotros tenemos el potencial para lograr todo lo que nuestra mente pueda imaginar siempre y cuando hagamos las acciones adecuadas para convertir en realidad nuestros sueños.
“La fijación de metas es el primer paso para transformar lo invisible en visible”, expresa Anthony Robbins, uno de los gurús de la motivación personal.
Lo que distingue a una persona que logra sus metas es que se mantiene concentrado en el plan de acción y que periódicamente (cada semana, cada mes, cada trimestre, cada semestre y cada año) revisa y evalúa los resultados para reafirmar o hacer los ajustes necesarios para lograr sus metas en el plazo fijado.
El éxito es consecuencia de la realización progresiva de las metas personales.
domingo, 1 de diciembre de 2013
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