El 17 de junio de este año nueve personas, incluyendo al pastor de la iglesia, que se encontraban estudiando la Biblia en la Iglesia Metodista Episcopal (Emanuel African Methodist Episcopal) en Charleston, Carolina del Sur fueron asesinadas a sangre fría. Algunos días después tuve la oportunidad de ver en TV al asesino y a los deudos directos de las nueve víctimas ante el Juez. Lo que vi y escuché ese día me impactó profundamente.
Cuando el Juez preguntó a los familiares de las nueve víctimas si tenían algo que decir estando frente al asesino. Todos los familiares con gran serenidad, sin excepción, mirando al asesino expresaron, uno a uno, que lo perdonaban por el crimen que había cometido. Que gracias a Dios ellos tenían resignación y que el asesino sería juzgado por Dios por lo que había cometido. Que ellos no sentían odio por él y que oraban por la salvación de su alma.
Realmente, al escuchar esas frases de perdón solo a unos cuantos días de esa horrible masacre me puse a pensar y a meditar sobre lo que es el perdón y la importancia de perdonar.
¿Es fácil perdonar? La mayoría de las religiones y corrientes filosóficas recomiendan perdonar por las ofensas recibidas. De una manera general se puede decir que el acto de perdonar no es fácil para la mayoría de las personas.
En la oración del Padre Nuestro, que Jesús nos enseñó, decimos: “…perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden…”. Aunque recemos esta hermosa oración a diario, no es fácil perdonar. Para perdonar se requiere un gran esfuerzo de voluntad.
Con respecto al arte de perdonar, leemos en el evangelio de San Mateo (18:21-22) lo siguiente: “Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús – Señor ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete veces? Jesús respondió: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.
El mensaje profundo es que el perdonar no debe tener límites. ¿Es fácil perdonar? Se requiere gran fortaleza moral para perdonar. Cuando perdonamos se libera la cólera que tenemos dentro por el agravio u ofensa recibida y ya no tendremos pensamientos o recuerdos que nos lastiman e impiden que seamos felices.
El perdonar es un acto de conciencia que enriquece a la persona ya que permite dejar atrás el pasado y avizorar el futuro con esperanza. El perdonar genuinamente toma tiempo. Es un proceso de sanación, de liberación, de engrandecimiento espiritual. Cuando se perdona, de ninguna manera se cambia el pasado pero se prepara para un futuro sin limitaciones. El perdonar enriquece nuestra espiritualidad.
A continuación menciono algunos pensamientos sobre las ventajas que podemos obtener cuando realmente perdonamos.
El perdonar es un atributo de las almas fuertes. Los débiles no pueden perdonar. Mahatma Gandhi.
El perdonar es la forma final del amor. Reinhold Niebuhr.
El perdonar no es siempre fácil. Por momentos, puede ser más doloroso que la herida que hemos sufrido al perdonar a aquella personas que nos la ha ocasionado. Sin embargo, no es posible tener paz sin perdonar. Marianne Williamsom.
Cuando usted perdona, se hace un regalo a usted mismo. Tonny Robbins.
El perdón no cambia el pasado, pero sí engrandece el futuro. Paul Boese.
Cuando se perdona se da a la otra persona la oportunidad de empezar nuevamente. Desmond Tutu.
Todas las religiones tradicionales prácticamente tienen el mismo mensaje, que es amor, compasión y perdonar, que deben formar parte de nuestras vidas diarias. Dalai Lama.
El perdonar no es algo sencillo, requiere gran valor, amor, autoestima, empatía, comprensión e inteligencia emocional. Para el ser humano el perdonar es algo difícil de realizar; sin embargo cuando perdonamos nos estamos haciendo nosotros mismos un bien ya que tendremos la salud espiritual que nos permita disfrutar de las bellezas de la vida y el optimismo necesario para siempre pensar que el futuro será más brillante.
Hay estudios realizados en el hospital Johns Hopkins que muestran que mantener el rencor, el resentimiento o la ira causan estrés y son dañinos para la salud integral de las personas.
De acuerdo con un estudio publicado en la Revista de Psicología de la Salud, y realizado por investigadores de Luther College y la Universidad de California, ser capaz de perdonar predice una salud física y mental más positiva. Los investigadores descubrieron que el perdón protege a las personas de los efectos negativos del estrés en la salud mental.
Perdonar libera la memoria y nos permite vivir en el presente, sin recurrencias constantes al pasado doloroso. El perdonar es una de las emociones positivas que nos ayuda a superar alguna situación enojosa ocasionada por alguna persona.
El fraile Jean-Baptiste Henri-Dominique Lacordaire expresó: "¿Quieres ser feliz un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz toda la vida? Perdona".
El Dr. George Vaillant, Ph.D., psiquiatra, profesor en la Escuela de Medicina de Harvard y Director de investigación del Departamento de Psiquiatría de Brigham and Women’s Hospital, expresa que el perdonar es una de las ocho emociones positivas que nos permite conectarnos con lo más profundo de nosotros mismos y con los demás. Además de perdonar, se incluye en las emociones positivas el amor, esperanza, gozo, fe, compasión, gratitud y admiración. Cuando perdonamos y desarrollamos las otras emociones positivas somos capaces de vivir la vida a plenitud y ser felices.
La oración de San Francisco de Asís es bueno tenerla presente ya que tiene un hermoso mensaje de cómo debemos servir en este maravilloso mundo. “Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Que donde haya odio, yo ponga amor. Que donde haya ofensa, yo ponga perdón. Que donde haya duda, yo ponga fe. Que donde haya desesperación, yo ponga esperanza. Que donde haya tristeza, yo ponga alegría. Oh Señor, que no busque tanto recibir compasión como dar compasión”.
lunes, 31 de agosto de 2015
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