Nuestra actitud diaria influye directamente en la forma de cómo nos comportamos ante las situaciones que se nos presentan en la vida y en los resultados que obtendremos. Nuestra actitud se forma en base a nuestras creencias, valores y pensamientos.
Nosotros somos lo que somos y estamos donde estamos debido a los pensamientos que dominan nuestra mente. La actitud es un hábito del pensamiento y los hábitos se pueden adquirir.
Con una adecuada actitud mental tendremos pensamientos positivos, constructivos, creativos, actuaremos con fe, esperanza, optimismo y motivación para fijarnos metas en todas las áreas de la vida y hacer todo lo que sea necesario, con perseverancia y determinación, para convertirlas en realidad.
Nuestra actitud es la que determinará nuestra calidad de vida. Nuestra actitud es la que fijará la grandiosidad de nuestros sueños y es la que nos permitirá enfrentar los riesgos inherentes ante toda nueva situación. Y lo más grande es que nosotros somos los únicos que tenemos total control sobre nuestra actitud.
Es muy probable que encontraremos personas que tratarán de influir negativamente sobre nuestra forma de pensar o actuar pero nadie tendrá el control sobre nuestra actitud.
Hay numerosos estudios que demuestran que la actitud es más importante que la aptitud. Una persona con muchas aptitudes si no tiene la actitud correcta no logrará nada significativo. La correcta actitud es primordial para lograr el éxito. Hay también estudios que concluyen que la actitud en las personas de éxito representa el 80 por ciento mientras que la aptitud sólo el 20 por ciento.
William James, psicólogo y filósofo estadounidense, después de una serie de estudios llegó a la conclusión que el ser humano puede alterar su vida modificando su actitud y expresó: “el gran descubrimiento de mi generación es que el ser humano puede modificar su vida cambiando las actitudes de su mente”.
Napoleón Hill, en su serie de libros The Law of Success (La Ley del Éxito) escribió: “Su actitud mental es algo que usted puede controlar y mediante autodisciplina usted puede crear una actitud mental positiva – su actitud mental atraerá hacia usted todo para hacer lo que usted realmente es”.
Tener la actitud correcta es fundamental para tener éxito. Nuestra actitud determinará nuestro comportamiento en la familia, en la sociedad, en el trabajo y si esa actitud está basada en sólidos principios éticos y morales con pensamientos positivos y de optimismo fácilmente se reflejará en nosotros, en nuestra mirada, en nuestros gestos, en nuestra manera de ser, en nuestros sentimientos, en nuestra forma de hablar y se trasmitirá a todos los que nos rodean.
Como muchas de las alternativas que tenemos durante nuestra existencia, nosotros podemos escoger por tener una actitud metal positiva o una actitud mental negativa. Numerosos estudios a través de los tiempos demuestran que las personas con una actitud mental positiva tienen más éxito en lograr sus metas y disfrutan más durante su recorrido en este mundo.
Una actitud mental positiva crea un estado mental de abundancia, entusiasmo y de soluciones a los problemas que inevitablemente se presentarán. Cuando tenemos actitud positiva se genera un campo fértil para las posibilidades y para convertir nuestros sueños en realidad. Si tenemos en cuenta esto veremos cómo los milagros empiezan a aparecer en nuestras vidas. Esto de ninguna manera quiere decir que las personas con actitud mental positiva siempre tienen una vida perfecta y sin dificultades. Por supuesto que no. La diferencia está que estas personas no permiten que esas experiencias negativas cambien su perspectiva de la vida.
El Dr. Wayne Dyer, renombrado autor y expositor en el campo del autodesarrollo, en su libro Cambie sus pensamientos y cambie su vida expresa: “el estado de su vida no es otra cosa que el reflejo de su estado mental”, y Ralph Waldo Emerson, filósofo estadounidense: “El mismo mundo, para dos mentes diferentes, es el cielo o el infierno”. En resumen, lo que una persona piensa, eso es.
Con justa razón se dice que la actitud es más importante que los hechos. Es más importante que el pasado, la educación, las circunstancias, los fracasos, los éxitos o lo que otras personas puedan pensar, decir o hacer. Nosotros no podemos cambiar lo inevitable. No podemos cambiar el pasado. No podemos cambiar a otras personas. Pero sí podemos cambiar nuestra actitud y lo más importante de todo es que podemos escoger la actitud que tendremos hoy.
Thomas Jefferson, tercer presidente de EE.UU. y el autor principal de la Declaración de Independencia de EE.UU., escribió: “nada puede detener a una persona con la actitud mental correcta de lograr su meta; nada en el mundo puede ayudar a una persona con la actitud mental incorrecta”.
Usted es lo que piensa que es y su actitud positiva le permitirá disfrutar la vida a plenitud, tener éxito y ser feliz.
miércoles, 3 de junio de 2015
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