sábado, 1 de octubre de 2011

Gratitud, sentimiento que debemos cultivar

Nosotros, al ser esencialmente sociales, interactuamos durante toda nuestra vida con otras personas. Para tener éxito en la vida y ser felices debemos practicar una serie de virtudes y sentimientos que nos permitan reconocer y apreciar la ayuda que recibimos durante toda nuestra jornada en este mundo.

Uno de los sentimientos que debemos cultivar es el de la gratitud hacia aquellas personas que en algún momento de nuestras vidas nos han formado, guiado, ayudado, comprendido y dado la oportunidad para que seamos mejores. La primera imagen que seguramente nos viene a la mente, cuando pensamos en gratitud, es la de nuestros padres; luego con el transcurso de los años puede ser la de un buen maestro, un buen jefe, un entrenador, un mentor, un amigo, nuestro cónyuge, nuestros hijos y, posiblemente, en cada una de las diferentes etapas de la vida haya alguna persona especial que merezca nuestra gratitud.

¿Qué es la gratitud? La gratitud es un sentimiento, una emoción, una actitud en reconocimiento de un beneficio o favor recibido y que se debe corresponder de alguna manera.

Sobra la gratitud se ha escrito en todas las épocas y ha sido considerada por muchos filósofos morales. Uno de ellos es el economista y filósofo escocés Adam Smith, universalmente conocido por su obra Una investigación sobre la naturaleza de la riqueza de las naciones (originalmente en inglés An Inquiry into de Nature and Causes of the Wealth of Nations), o sencillamente La riqueza de las naciones, publicada en 1776, que se considera como el primer libro moderno de economía.

Adam Smith, escribió en 1759, una gran obra sobre ética, La Teoría de los sentimientos morales (The Theory of Moral Sentiments); en esta extraordinaria obra, Adam Smith, al hablar sobre la simpatía y el espectador imparcial, menciona: “Todos los miembros de la sociedad humana necesitan de la asistencia de los demás… Cuando la ayuda necesaria es proporcionada por el amor, la gratitud, la amistad y la estima, la sociedad florece y es feliz”.

Es por eso que para desarrollarnos, autorrealizarnos, tener éxito y ser felices, entre otros sentimientos y virtudes debemos cultivar la gratitud.

Así como debemos agradecer a todas aquellas personas que en el transcurso de nuestras vidas nos han ayudado de alguna manera u otra; igualmente debemos agradecer, día a día, a Dios por el don maravilloso de la vida. Este don es personal, es para cada uno de nosotros y no lo podemos ceder a otra persona.

El Dr. Robert Emmons, Profesor de psicología en la Universidad de California, EE.UU., ha realizado numerosos estudios acerca de la psicología de la gratitud y la psicología de los objetivos personales; su conclusión es que el sentimiento de gratitud es favorable para el bienestar en general, que las personas que expresan gratitud son más felices, más optimistas, tienen más satisfacción con sus vidas y tienen gratas relaciones personales. Las personas con gratitud tienen pensamientos positivos que les permiten superar con mayor facilidad las dificultades de la propia vida. Posiblemente por esto es que el célebre filósofo romano Marco Tulio Cicerón, en el siglo I a.C., expresaba que “la gratitud es no solamente la más grande de las virtudes sino la madre de todas las otras”.

Con amor y gratitud todo se puede superar ya que tienen relación directa con la actitud y cuando tenemos la actitud correcta todo mejora en nuestras relaciones y en nuestra vida. Practiquemos la gratitud en todos nuestros actos hasta que se convierta en hábito para así crecer espiritualmente y tener pensamientos positivos para apreciar, día a día, a todos y todo lo que nos rodea, la belleza de la vida, disfrutar de lo bueno que tenemos a nuestro alrededor, tener éxito en todo lo que nos propongamos y ser felices, ya que la felicidad está en nosotros mismos.

Al dar gracias se enriquece nuestra vida espiritual. Cultivemos el sentimiento de gratitud, de dar gracias todos los días por lo que recibimos para así tener la correcta actitud que nos permita realizarnos a plenitud y ser felices.

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