viernes, 15 de junio de 2012

La actitud lo es todo

Todo proceso de cambio empieza en nosotros mismos. Todos, sin excepción, tenemos un gran potencial. Todos tenemos la posibilidad de usar nuestro potencial humano y ponerlo en acción con la finalidad de obtener lo que nos propongamos, realizarnos, lograr el éxito y la felicidad. ¿Qué es lo que determina que tengamos esa intensidad interna para actuar y obtener los resultados que deseamos? ¿Qué es lo que determina la calidad de los resultados que obtendremos? Es, sin lugar a dudas, nuestra actitud. Es nuestra actitud ante la vida lo que determinará la intensidad de nuestros sueños y es nuestra actitud la que influirá en nuestra determinación para enfrentarnos con optimismo a los retos que encontraremos en nuestra jornada para convertir nuestros sueños en realidad. Nosotros somos los únicos que tenemos control sobre nuestra actitud. Ninguna otra persona en este mundo puede tener control sobre nuestra actitud. Es posible que algún momento de nuestras vidas alguien trate de influir negativamente sobre nosotros pero somos nosotros los que tenemos control sobre nuestra actitud. Nadie nos puede hacer sentir mal, o enojarnos, o molestarnos con lo que diga o haga si es que mantenemos control sobre nuestra actitud. Lo que digan o hagan otras personas debe ser irrelevante; lo único que hacen es que están poniendo a prueba nuestra actitud. Nosotros tenemos control sobre nuestra actitud y sobre nuestros sentimientos. Tener la actitud correcta es clave para lograr el éxito. Como muchas de las alternativas que tenemos durante nuestra existencia, nosotros podemos escoger por tener una actitud metal positiva o una actitud mental negativa ante la vida. La actitud es más importante que la aptitud. Una persona con muchas aptitudes si no tiene la actitud correcta no logrará nada significativo. Por el contrario, una persona con la actitud correcta puede lograr todo lo que se propone. William James, psicólogo y filósofo estadounidense, llegó a la conclusión que el ser humano puede alterar su vida modificando su actitud y expresó: “el gran descubrimiento de mi generación es que el ser humano puede modificar su vida cambiando las actitudes de su mente”. Con una adecuada actitud mental tendremos pensamientos positivos, constructivos, creativos, actuaremos con optimismo y motivación para fijarnos metas y hacer todo lo que sea necesario para convertirlas en realidad. Tendremos la habilidad de inspirarnos e inspirar a otros. Tendremos más energía y fuerza interna. Cuando nos enfrentemos a problemas inmediatamente buscaremos las posibles soluciones para eliminar esa situación. Nos permitirá estar atentos para ver y aprovechar las oportunidades que se nos presenten. Tendremos más control sobre nosotros mismos. En resumen, tendremos la esperanza, fe y confianza que podemos lograr el éxito y la felicidad en todos los campos de la vida humana. Lo primero que las otras personas verán en nuestras relaciones interpersonales es nuestra actitud. Winston Churchill expresó: “la actitud es esa pequeña cosa que hace la gran diferencia”. La actitud lo es todo. Es cómo ve usted las cosas a su alrededor, es cómo se enfrenta a las situaciones que se le presenten y es lo que usted piensa sobre la vida. La diferencia entre una actitud positiva y una negativa puede ser la diferencia entre una vida positiva o negativa, de optimismo o pesimismo, de éxito o fracaso, de felicidad o infelicidad. Y lo más importante es que nosotros tenemos control sobre nuestra actitud.

viernes, 1 de junio de 2012

Nuestro reto: envejecer bien

Últimamente he leído una serie de artículos muy interesantes relacionados sobre la manera de cómo envejecer en buenas condiciones mentales y físicas. En todos los estudios e investigaciones efectuados por doctores en medicina, psiquiatras y gerontólogos de diferentes países hay coincidencia de la importancia del ejercicio físico y del ejercicio mental para envejecer bien. Algo nuevo en este campo es que estudios recientes consideran que el cerebro humano es muy dinámico y capaz de continua formación durante toda la vida. Es evidente que conforme vamos envejeciendo la capacidad de cambio regenerativo de las células disminuyen pero lo importante es que no se detiene. De acuerdo a la neuroplasticidad, las células del cerebro no cesan de regenerarse y que depende de nosotros que nuestra habilidad cerebral continúe funcionando. El Dr. Norman Doidge, en su libro The Brain That Changes Itself (El cerebro que cambia por sí mismo) dice que la neuroplasticidad es el descubrimiento más extraordinario del Siglo XX; y el Dr. Elkhonon Goldberg, profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, autor del libro The Wisdom Paradox: How Your Mind Can Grow Stronger As Your Brain Grows Older (La paradoja de la sabiduría), refiere que la neuroplasticidad es la habilidad del cerebro humano a cambiar como resultado de sus propias experiencias y que el cerebro es ‘plástico’ y ‘maleable’. La Dra. Marian C. Diamond, de la Universidad de California, Berkeley, dice: “nuestro reto está en aprender maneras para mantener el funcionamiento de nuestro cerebro a un óptimo nivel durante toda nuestra vida”. En los interesantes libros Younger Next Year (Más joven el próximo año) de Chris Crowley & Henry S. Lodge, M.D. y Happy to 102 (Feliz hasta los 102) de Kathy N. Johnson, PhD; James H. Johnson, PhD; and Lily Sarafan, MS, expresan que es sumamente importante mantener un estado mental positivo y optimista de la vida junto con una nutrición adecuada, ejercicio físico y mental y mantener buenas relaciones personales. También lo que es sorprendente es que el promedio de edad de vida está aumentando y que va a llegar muy pronto, en algunos países, a los 100 años. ¿Será posible mantener nuestra condición mental en condición óptima mientras envejecemos? La respuesta a esta pregunta la obtuve cuando el 4 de mayo de 2012 leí que en Sidney, Australia, Allen Stewart se había graduado de Máster en ciencias clínicas en Southern Cross University a la edad de 97 años. Este el cuarto grado universitario que obtiene Allen Stewart; en el 2006, a la edad de 91 años había obtenido también un grado de Máster. Sin lugar a dudas que el australiano Allen Stewart, a la edad de 97 años, debe ser una inspiración para todos nosotros y al mismo tiempo un interesante reto saludable de que sí es posible seguir aprendiendo a cualquier edad para continuar viviendo la vida a plenitud durante toda nuestra jornada en este mundo. El envejecer en forma exitosa depende directamente del cuidado a nuestra salud mediante una alimentación adecuada y balanceada, ejercicio físico y mental, y mantener una actitud positiva y optimista de la vida con un propósito definido.