jueves, 16 de agosto de 2012

Las olimpiadas y la resiliencia

El domingo 12 de agosto, después de 17 días, terminaron en Londres las Olimpiadas 2012 en las que participaron 10,500 atletas de 204 países que compitieron en 26 deportes. El eslogan oficial de estas olimpiadas ha sido “Inspirar a una generación”. Los que hemos tenido oportunidad de ver algunas de las competencias con toda seguridad hemos recibido un flujo de inspiración de aquellos deportistas que han participado en estos juegos de acuerdo al ideal expuesto por Pierre de Coubertain “lo importante no es ganar sino competir”.

Las edades de los deportistas, en estas olimpiadas, han tenido un rango desde los 16 años (Gabby Douglas, de EE.UU., medalla de oro en gimnasia) hasta los 71 años del equitador japonés Hiroshi Hoketsu., quien expresó: “La más grande motivación que tengo para continuar compitiendo es que siento que sigo mejorando”.

Es sumamente interesante poder ver las diferentes emociones que se aprecian en los participantes, deportistas que se han preparado por años para estar presentes en esta magna competencia internacional, tales como la desbordante y contagiosa alegría de los ganadores como también las expresiones de desaliento y pesar cuando alguno de ellos cometió un error o tuvo que abandonar la competencia a causa de algún accidente.

La alegría de triunfar, recibir una medalla de oro y escuchar el himno de su país es probablemente una de las emociones más intensas que viven los deportistas en las Olimpiadas. Esta emoción y alegría se aprecia tanto en deportistas jóvenes como en experimentados deportistas profesionales que tienen fortuna personal.

En estas olimpiadas hemos podido apreciar, una vez más, el extraordinario valor de la resiliencia. En anteriores artículos he tratado sobre la resiliencia, que es la capacidad de la persona de asumir con flexibilidad situaciones límites y sobreponerse a ellas. La resiliencia nos da la capacidad de sobreponernos a las dificultades que podemos enfrentar durante nuestra jornada en la vida. También, en otro artículo, mencioné cuatro casos notables de resiliencia; que son los de Doug Heir, Christopher Reeve, Jessica Cox y Nick Vujicic.

En Londres hemos tenido la oportunidad de ver a Oscar Pistorius, atleta sudafricano que nació en Johannesburgo el 22 de noviembre de 1986, que tiene piernas artificiales y que participó en la prueba de 400m planos y en la posta de 4 x 400 m.

Oscar no tiene piernas debajo de las rodillas. Éstas le fueron amputadas cuando era niño ya que nació sin el peroné en ambas piernas. Sus padres tomaron la gran decisión de que le amputaran las piernas debajo de la rodilla antes que Oscar aprendiera a caminar ya que así sería menos traumático para él y podría tener mayores posibilidades de movilidad cuando sea mayor. Seis meses después de la operación Oscar recibió su primer par de piernas artificiales y al poco tiempo ya las dominaba.

Lo que es impresionante es que Oscar, desde niño nunca se ha sentido como minusválido o como una persona con discapacidad y consideraba sus piernas artificiales como si fueran zapatos diferentes. Toda su vida ha tenido una vida activa y ha participado en varios deportes como cricket, tenis, box y triatlón.
Como mencioné al inicio, el eslogan de estas Olimpiadas de Londres ha sido: Inspirar a una generación. Definitivamente Oscar Pistorius es una inspiración para todos y su gran valor como ser humano hace que ayude a otras personas a superar problemas similares a los de él. Por el solo hecho de participar en estas Olimpiadas, Oscar es una inspiración para todas las personas alrededor del mundo que tengan alguna discapacidad. Es la representación genuina del verdadero espíritu olímpico. “Lo importante en la vida no es triunfar sino competir”.

La resiliencia no es algo que se tiene o no se tiene. Es una característica que se puede desarrollar al ser conscientes de los propios sentimientos, de la actitud positiva ante la vida, al practicar el sentido del humor, con perseverancia, espiritualidad y control así como teniendo metas claramente definidas en las diferentes áreas de la vida.

La resiliencia es necesaria para el desarrollo personal, para vivir la vida a plenitud y para lograr el éxito y la felicidad.

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